encuentre “descargando”, dando lo más
espontáneo y emocionado de su arte, alguno de esos grandes artistas cubanos
por los que seríamos capaces de dar un brazo con tal de poder disfrutar de su
música.
Pero no es patrimonio de perseguidores la
necesidad de acercarse a La Reina de Cuba. Y si no que le pregunten a
los perseguidos. Los músicos y artistas cubanos que viven en Madrid
son, en su mayoría, asiduos asistentes y participantes de las noches de
descargas e improvisaciones que en ella suceden y que son casi todas. Pero no
son los únicos: excelentes músicos españoles, latinoamericanos y
europeos, instrumentistas, salseros, flamencos, jazzistas, estremecen con su
arte el escenario y la pista de baile de La Reina. De ello dan cuenta
los sensacionales encuentros del
virtuoso músico cubano Alain
Pérez con ese extraordinario percusionista flamenco apodado El Piraña;
o las apariciones del saxofonista norteamericano de origen cubano Bobby
Martínez; las hilarantes intervenciones del humorista, cantante y
compositor cubano Alexis Valdés; el piano de Caramelo, las
inspiraciones de Kelvis Ochoa; o la espectacular descarga de quien
considero el mejor cantante cubano del género en la actualidad y que se hizo
popular en Cuba como El Indio de la Aliamén.
Aunque, como es lógico, el premio gordo se lo lleva
el perseguidor que coincide con uno de esos grandes artistas cubanos
que habitan en la periferia de Madrid: en Cuba, en
Estados Unidos, en Francia, en México, en Alemania, en Puerto Rico, Hong Kong,
Londres, Kiev, Estocolmo, Montreal, Buenos Aires, El Cairo, Ulan Bator o Nueva
Zelanda, entre otros muchos. Pues, llegados desde tan disímiles distritos,
en La Reina de Cuba
han ofrecidos espontáneos y soberbios espectáculos artistas de la
talla de Meme Solís, quien, solo al piano o a dúo con la
primerísima cantante Alina Sánchez, hizo honor a su bien
ganado prestigio en una inolvidable noche de excelente música;
percusionistas de la excelencia de Tata Güines, asombrosamente joven
en su repiqueteo sobre las tumbadoras, y
de José Luis Quintana “Changuito”, creador del songo,
fundador de la Orquesta Los Van Van y maestro de maestros, quien hizo
una disertación sobre las pailas digna de figurar en una enciclopedia de
percusión. Delirio para los perseguidores la presencia en más de una
ocasión de José Luis Cortés, El Tosco, fundador y director de NG
La Banda, flautista, compositor, cantante y uno de los más importantes músicos
de la actualidad cubana, cuya presencia en el escenario de La Reina
elevó la temperatura por encima de lo recomendable para pieles sensibles.
Son muchos los
artistas que coinciden en que La Reina de Cuba es uno de los locales más
acogedores y prestigiosos donde se hace música cubana en vivo en el mundo. De
ello dan fe protagonistas de la talla del maestro Pedro Luis Ferrer, el
gran pianista Hernan López Nusa, el
cantaor y sorprendente “bolerista”
Diego El Cigala, el compositor y cantante argentino Diego
Torres, el bajista Jorge Reyes, el excelente
músico, violinista y amigo Pedro Alfonso (nuestro pedacito de
Matanzas en los discos de Gloria Estefan, de Celia Cruz y tantos
otros), el estelar percusionista cubano conocido como El Negro, los
cantantes Manolín el Médico de la Salsa y Paulito FG, entre
otros muchos.
Gran
parte de ese mérito corresponde a la agrupación anfitriona: SON DE ORO.
La excelencia de su música y la elegancia y cortesía con que propician el
acceso al escenario de tantos artistas garantizan que La Reina de Cuba
se renueve cada noche para deleite de quienes la visitan.
RUBÉN AGUIAR MUÑOZ, enero, 2004
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