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"Cuando el serio y bien vestido compositor cubano, Pérez Prado, descubrió
la manera de ensartar todos los ruidos urbanos en un vilo de saxofón, se dio
un golpe de estado contra la soberanía de todos los ritmos conocidos...
"
Gabriel García Márquez |
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Dámaso Pérez Prado es una de las figuras más universales de la música
cubana. La fructífera carrera de este pianista, compositor y director de
orquesta culminó en un lugar de privilegio que nadie le disputa: el de Rey
del Mambo.
Nacido el 11 de diciembre de 1916 en Matanzas, Cuba , murió
en Ciudad México en 1989. Este mulato de pequeña estatura y bigotico
recortado fue un gigante de la música popular. Desde pequeño comenzó a
estudiar piano clásico con Rafael Somavilla, en su ciudad natal, Matanzas. Más
adelante, siendo ya un joven, tocó el órgano y el piano en cines y clubs
locales. Tenía 26 años cuando, alrededor de 1942, se trasladó a La Habana .
Fue pianista en varias orquestas como la de Paulina Álvarez, la Orquesta del
Cabaret Kursal y luego pasó al Jazz Band Casino de la Playa donde comenzó a
realizar arreglos muy novedosos, especialmente para el cantante Orlando
Guerra, Cascarita. Arropado por su trabajo en esta orquesta, marchó a México
en 1949.
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Pérez Prado alcanzó
éxitos sin precedentes con "Cerezo Rosa", "Que Rico el
Mambo", "Mambo # 5", "Lupita" y su Orquesta, con sus
propios arreglos, obtuvo tambien resonantes triunfos con interpretaciones de
"Historia de un Amor", "Maria Bonita", "Quien Será",
"Guaglione", "Patricia", "Moliendo Café",
"Caballo Negro", etc.
Alguna vez en sus grabaciones emitió un gritico por lo
cual lo regañaron, pues consideraban que era un sonido ilógico para el
acetato. Ese ¡aahhh... uuhhh! más tarde
identificaría una de las principales características en la música del rey
del mambo y al mismo tiempo de este ritmo. |
Comenzaba la década de los 50 y el éxito del Mambo, al estilo de Pérez
Prado, fue rotundo. Dominó el mundo sonoro de esos años y se popularizó en
toda Latinoamérica y en los Estados Unidos. Fue calificado como un "boom"
y la compañía RCA Víctor lo consideró un "bastión comercial". Pérez
Prado fue el primer artista latino en colocar un tema en el número uno del
Billboard Chart estadunidense durante 26 semanas. En 1955 la asociación de
criticos norteamericanos declaró a la Orquesta de Pérez Prado la más
Popular del Año y la RCA Victor le otorgó el Disco de Oro por "Cerezo
Rosa".
Debido a algunas restricciones impuestas por la Asociación de Músicos de
Estados Unidos, cuando Pérez Prado hizo su
contrato con la RCA, exigió contratar los mejores músicos estadunidenses y
mantener la sección de percusión en manos de
negros cubanos.
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Por su orquesta
pasaron músuicos de la talla de Benny Moré, Johnny Pacheco, Mongo Santamaría,
René
Bloch, Patato Valdez, Cándido, Ray Barreto, Maynard Ferguson, Shorty Rogers,
Doc Severinsen, entre otros. Su fama era tal que algunos cronistas de la época
aseguran que Pérez Prado no sólo influyó a los músicos sino que también
acuñó un estilo, con un look de bigote recortado y cuellos muy almidonados.
El Mambo no fue el único estilo creado por Pérez Prado. En Patricia,
introdujo el órgano en la música popular
contemporánea y se acerca al rock y elabora su Concierto para bongó, Suite
de las Américas y un ritmo nuevo: el dengue. |
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Aunque varios músicos se discuten la
paternidad del Mambo, lo cierto es que cuando Pérez Prado ya tenía
conformada
una idea de cual era la música que quería hacver cuando en 1949, a poco de
llegar a Máxico,forma una orquesta al estilo
de las grandes bandas de jazz, adicionándole la percusión afrocubana y
creando un sonido que sería desde entonces su
sello y con el que consolidaría el estilo del Mambo, en donde el verdadero
solista es la orquesta. Tomando como base el |
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ritmo creado por Orestes López, he
influido en igual medida tanto por el danzón y el son como por el jazz y el
swing , el de Pérez Prado era un mambo diferente, más ritmico, más largo, más
estridente y bailable. Para los instrumentos era una mezcla, algo incoherente,
de trombones, trompetas, saxofones, tambores y piano. |
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Un nuevo
ritmo que traía algo vanguardista y renovador a la música cubana: una
sonoridad diferente que era expresión de una nueva circunstancia: la vida de
la ciudad moderna. Delegando en la percusión cubana la base rítmica
principal, Pérez Prado se aleja del danzón y el son trabajando a conciencia
y con mucha potencia la melodía, la armonía y el ritmo, repartidos en una
sección de metales que hasta ese momento habían sido patrimonio de la Jazz
Band.
En 1951,
escribió Alejo Carpentier: «...el mambo presenta algunos rasgos muy dignos
de ser tomados en consideración: 1. Es la primera vez que un género de música
bailable se vale de procedimientos armónicos que eran, hasta hace poco,
monopolio de compositores calificados de `modernos'; 2. Hay mambos (...) de
una invención extraordinaria, tanto desde el punto de vista instrumental como
desde el punto de vista melódico; 3. Pérez Prado, como pianista de baile,
tiene un raro sentido de la variación, rompiendo con esto el aburrido
mecanismo de repeticiones y estribillos; 4. Toda la audacia de los ejecutantes
norteamericanos del jazz ha sido dejada atrás por (...) el más
extraordinario género de la música bailable de nuestro tiempo».
En ello parece coincidir Fellini cuando le regala a la posteridad la imagen de
Anita Ekberg, en La Dolce Vita, moviendose al ritmo de "Patricia",
uno de los más famosos mambos de Pérez Prado.
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Rubén Aguiar Muñoz para La Reina de Cuba
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Ático
de Ediciones
EL
BUJÍO |
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