HOMENAJE

 


ELENA BURKE

     “Mi primer contacto con la música fue a través del tango. Yo tenía cinco años y lo recuerdo. A mí me encantaba Libertad Lamarque. Me sabía todos sus tangos. Los cantaba en una especie de show que yo hacía y que era mi juego favorito. Todavía, de vez en cuando, al presentarme pongo mi tanguito. Cuando debuté -a los doce años- canté “Caminito”, en un programa de aficionados que tenía la CMC. Apagaron las luces del escenario y me encendieron un reflector en la cara. Yo no sabía bien la letra y cuando fui a leer no pude, me callé y me tocaron la campana”.

 

 

Me gusta bailar, me gusta cantar... me gusta la música. Qué quieren, ¡así soy yo!"

     "En las producciones con Las mulatas de fuego no me podía quedar estática. Había que moverse. ¡Figúrate con esas seis fieras bailando detrás de mí! No me iba a quedar quieta. Y aprendí a bailar también. Me gustó y parece que como lo llevaba en la sangre

      De su primer viaje, a Kingston, Jamaica con una pareja de bailes "¡Fíjate qué combinación! Yo cantaba y ellos bailaban. Pero en determinados momentos bailábamos los tres

Las D'Aida

 

Elena y Meme Solís

      "La música de Orlando de La Rosa es maravillosa, todavía se está cantando y se cantará. Con él trabajé mucho tiempo como solista. Creo que es el mejor acompañante que he tenido y todos han sido buenos. ¡Era increíble! Él te adivinaba lo que ibas a hacer. Y para personas como yo, que nunca cantamos igual un número, esto es muy importante. Él sabía cuándo iba a hacer algo nuevo y me apoyaba musicalmente”.

     " Lo mismo lo considero de Froilán Amézaga en la guitarra”…

 

 

                    "Con Aida pude entregarme musicalmente a lo que yo sentía porque tenía una visión muy rica de lo moderno y de la armonía 

     "Me gusta el trabajo con los cuartetos, todo lo que sea hacer voces me encanta, me aporta mucho. Y sin tronchar cosas que quiero hacer sola, por supuesto, si a mí me ofrecen ahora formar un cuarteto, yo digo que sí”.

 

"Un día te aplauden mucho, otro te hacen llorar porque no te aplauden. Entonces tú piensas: caramba, serviré, no serviré. Otro día, una gran alegría porque te reciben muy bien”.

"Cada vez que salgo  a escena siento un miedo que no eres capaz de imaginar. Con decirte que tiemblo. Después cuando canto un número o dos se me pasa”...

     "Hay un punto básico que es la atracción artista-público. Esto lo tienen algunos artistas, otros no. Desde que entro a un lugar, donde voy a cantar, necesito conversar con la gente para la que voy a actuar”.

 

"A menudo se dice que soy la mejor intérprete del filin... Yo pienso en un determinado momento se puede interpretar una canción muy mal y se deja de ser la mejor en ese momento. Eso es muy relativo. El filin es una cosa en la que tiene que ver mucho el ánimo, la emoción”.

 

     "Me faltan muchas cosas por hacer, pero he logrado bastante. He vivido momentos muy grandes. ¡He pasado por todo! Me he quedado sin voz en un escenario; en un recital con el teatro lleno. No de quedarme ronca, sino sin voz de que no podía emitir sonido. Y de luchar en el mismo escenario y sentir que el público me decía: “No cantes, no te esfuerces”. Y nada, no poder. Y tener que terminar ahí mismo. ¡Cuántas vivencias! Lo que pasa es que yo como tú sabes, olvido; no olvido, es que los recuerdos se adormecen…Creo que mi carrera ha sido muy hermosa”.



 

 

  Elena Burke nació el 28 de febrero de 1928 en La Habana. Debutó en 1941 en un programa de aficionados de la cadena CMQ Radio, y un año más tarde irrumpió en el ámbito profesional en varias de las radios más importantes de la época.
     Por varios años, la artista integró el cuarteto Las D'Aida junto a la hoy diva de la canción Omara Portuondo y a la desaparecida Moraima Secada.
     Fue una de las figuras más importantes del movimiento del feeling Llegaron a llamarle La 'Señora sentimiento' y 'Reina del bolero'.

   Murió el 9 de junio de 2004.