Tomado del libro de Rubén Aguiar Dávila:
“PARA QUE CANTEN MIS HIJOS” Grupo Infantil de Música Campesina LA EDAD DE ORO Cuando se hace imprescindible resaltar un hecho histórico
ó algún acontecimiento se hace digno de ser registrado a
través de la escritura para que perdure a la par de los tiempos,
es necesario disponer de una documentación abundante y real, y a
la vez contar con testimonios y vivencias que lo acredite.
Todos estos factores están a mi disposición:
registros de las actividades efectuadas, premios y distinciones
obtenidos, publicaciones de la prensa, libretos de la
televisión, diplomas, grabaciones, fotos, biografías y
décimas cantadas en sus presentaciones públicas.
En este caso, yo soy partícipe directo de esta historia, como
padre, como creador del grupo, como autor de las décimas y como
compilador de los datos, por lo tanto, pese a la inmodestia, que asumo
en contra de mi voluntad, he aquí, la vida y obra del grupo
infantil de música campesina “Edad de Oro”, de
Matanzas.
A los pocos meses de actuar con dicho grupo de aficionados adultos, ya se habían ganado el aplauso y la admiración del público, no solo en la provincia de Matanzas, sino también en Pinar del Río, donde participaron en el Segundo Festival Nacional Campesino auspiciado por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), así como en el Tercer Festival Nacional de la Décima Mural, en Morón, y en la Jornada Nacional Cucalambeana, en Las Tunas. Advertido de la admiración que éstos niños despertaban en el pueblo, y entusiasmado a la vez, por desarrollar la música campesina entre la población infantil, me propuse formar un grupo musical integrado enteramente con niños; propósito éste nada fácil, sobre todo por la complejidad de los instrumentos musicales que requiere el punto cubano: el laúd y él tres, con cuya ejecución no están familiarizados los niños. Fue precisamente el laudista Reynaldo Pérez de 9 años de edad, la primera captación efectuada para conformar el grupo con Rubén, Ángel Luis y Danny; sabía tocar el punto lo suficiente como para acompañar las tonadas a los interpretes y eso resultaba fundamental para el comienzo. Con esta formación, y a solicitud de los médicos del Hospital Infantil Provincial, de Matanzas, los presenté por primera vez , el día 6 de enero de l972, (Día de los Niños en aquel entonces), constituido ya en el GRUPO EDAD DE ORO. Posterior a esta presentación, comencé a hacer nuevas captaciones, con Idalberto González, de 5 años, Antonio Arencibia de l0 años y Mercedes Isla, de 8 años, quedando conformado el grupo de la siguiente manera: Reinaldo Pérez en el laúd, Antonio Arencibia en el tres, Idalberto González en el güiro, Rubén Aguiar Muñoz guitarrista e interprete, Danny Aguiar Muñoz clave e interprete, Ángel Luís Aguiar Muñoz cantante y Mercedes Isla, cantante. Es bueno destacar que desde las primeras presentaciones, este grupo llegó al corazón de los que lo oían y veían cantar. Los factores que considero fundamentales para que esto se produjera fueron: la corta edad de todos ellos, la ternura interpretativa de las tonadas, el contenido de las décimas y las canciones; la facultad y la maestría que desarrollaban en la ejecución de los instrumentos y el género, ya que esta manifestación campesina no era habitual escucharla en voces infantiles. También es de obligada resonancia decir, que ellos fueron el primer grupo que se conformó con la complejidad de los instrumentos de cuerdas pulsadas, así como el único con esas características, dentro del movimiento de artistas aficionados estudiantiles del País; aunque posteriormente, en l976, constituí también el grupo Ismaelillo, y en l984 al grupo Abdala, los dos con las mismas características instrumentales, los que fueron premiados nacionalmente en diversas ocasiones En Colón también fue constituida una agrupación con similar formación (Pioneros por mi Cuba), pero lamentablemente éstas últimas agrupaciones se desintegraron a los pocos años por razones de estudios. No debo pasar por alto, sin observar, que únicamente en la provincia de Matanzas, se creó este movimiento cultural infantil campesino, ya que en ninguna de las otras provincias lo lograron, ni antes ni después, salvo algunas presentaciones de solistas y de interpretes de tonadas, acompañados siempre por músicos adultos. |
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